La película “Azul” de Krzysztof
Kieslowski, forma parte de una trilogía: Azul, Blanco y Rojo; en la que busca
reflejar los principios de la democracia: libertad, igualdad y fraternidad; en la
vida cotidiana.
La protagonista Julie, pierde en un accidente de coche a su marido
Patrice, un prestigioso compositor, y a su hija
Anna. Al recuperarse de sus lesiones, decide comenzar una nueva vida,
independiente, solitaria y anónima, alejada de los privilegios que antes
disfrutaba. Olivier, el ayudante de Patrice, el cual lleva enamorado de ella
desde hace muchos años, intenta sacarla de su aislamiento y acaba
convenciéndola para que termine el «Concierto para Europa», una ambiciosa obra
inacabada de Patrice.
En esta película destaca el retrato. Los
retratos de los personajes describen perfectamente lo que quieren contar, expresar
y sus emociones. En las escenas
predomina el silencio y hablan por sí solas; teniendo en cuenta la iluminación,
las miradas de los personajes y los espacios en las escenas. Sobretodo destacan
esos primerísimos planos dónde vemos a los personajes que nos hablan sin
pronunciar palabra.
Aparte de que las escenas hablen por si
solas gracias a los personajes, hay otro componente importante a destacar que
es la música. Durante la película se escucha la música de Zbigniew
Preisner, añadida en varias escenas las cuales nos ayuda a enfatizar los
sentimientos de dolor de la protagonista Julie.
Por otro lado, la película se titula “Azul”, el cual es el color que se refleja
durante toda la película. El azul lo invade todo, los objetos y los ambientes;
como por ejemplo la ambientación en la piscina, como incidiendo así en la
frialdad en la que se resguarda la protagonista.